martes, 27 de junio de 2017

El Secreto de Hellen Keller

Kate notó que su pequeña hija de 19 meses no cerraba sus ojos al bañarla. Se dio cuenta que tampoco reaccionaba a los ruidos que ocurrían a su alrededor. Acababa de pasar una congestión estomacal con mucha temperatura y quizá fue esta la razón por la que quedó ciega y sorda. Las pocas palabras que había aprendido, las olvidó muy pronto. No había manera de comunicarse con ella, y siendo muy inquieta comenzó a tocar todo, a olerlo, a probarlo con su lengua. Cuando quería algo y no se le entendía, montaba en cólera y se volvió una niña incontrolable. Eran los últimos años del siglo diecinueve, y en Tacumbia, una pequeña ciudad rural de Alabama, la familia buscó ayuda. El Capitán Arthur H. Keller, su padre, consiguió que el Instituto Perkins para Ciegos, de Massachusetts, le asignara a la profesora Anne Sullivan, de solo 20 años. Ahí comenzó una larga y maravillosa amistad. Claro que al principio fue drástica disciplinando a la niña. Logrado esto, le ayudó a pensar inteligiblemente y a hablar, usando el método Tadoma, tocando los labios de otros mientras hablaban. Así pudo asistir a la Escuela Wright Humason para Sordos en Nueva York y cuando tenía 24 años se graduó c.um laude de Radcliffe College, donde Anne Sulivan había traducido cada palabra en su mano. Fue la primera persona sorda en graduarse en una universidad.

Esa niña sorda y muda se convirtió en una notable oradora y autora mundialmente famosa. Sus libros, como “Luz en mi Obscuridad” fueron un tremendo éxito editorial. Uno de ellos fue un homenaje a su profesora: “El Milagro de Anne Sullivan”. Estableció una lucha t.itánica por los discapacitados. Hellen y Anne viajaron a más de 39 países dando conferencias, y conoció personalmente a cada presidente norteamericano desde Grover Cleveland. Lyndon B. Johnson la recompensó con la Medalla Presidencial de Libertad, el mayor honor estadunidense para ciudadanos. ¿Cuál fue el secreto de Hellen Keller? Lo resumió diciendo que consistentemente se marcó, fijó y alcanzó sus metas en la vida.

Un día se le preguntó si había algo peor que ser ciega. “Sí, respondió, es tener vista, pero no visión”.

Ud elige....

Tener todas las ventajas en la vida, y aún así, fracasar.


Tal como lo demostró Hellen Keller, conocer el valor de las metas, y utilizarlo.

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